No sé si una cuestión de madurez (emocional) o del presente que nos ha tocado vivir. Creo que es más bien lo primero. El tema es que cada vez me encuentro con más personas en la búsqueda incesante de la calma, tratando de mantener a la ansiedad contra las cuerdas, más señal y menos ruido. Viajamos tratando de desconectar, anhelamos atajos, en algún luga…
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