“La felicidad no es alegre”, apunto en mis notas la frase de Álex (imposible no hacerlo) porque ahí dentro caben montañas, instalaciones eléctricas, grillos que callan. Hablamos de Vivir sin miedo, de Ophüls, de las cosas que vendrán. Será bonito, de nuevo, presentar el libro aquí. Tras el ratito en la cafetería del Thyssen —es una joya— vuelvo a la exposición de Gabriele Münter, una de las fundadoras de Der Blaue Reiter, vivió toda su vida bajo la sombra de Kandinsky, casi siempre parece triste en sus autorretratos, menos (creo) cuando vuelve a Murnau (en Baviera) entre los lagos de Staffelsee y Riegsee, con el corazón roto, y su vida se derrama sobre las pequeñas cosas. Entonces su tiempo se para, “solo la naturaleza basta”, es cuando aprendes que la belleza también (quizá especialmente) habita en lo cotidiano.
En el tren de vuelta subo una fotografía, es el lienzo (sobre una pared azul Klein) El desayuno de los pájaros, lo pintó en 1934. Es ella, de espaldas, frente a su jardín nevado. Observa a unos gorriones (¿o es al revés?) desde lo que parece un manzano. No se quiebran las ramas por la nieve que las cubre. Tampoco ella se quiebra en este invierno sin calor, una llanura yerma cubre el otro lado de la cama, pero el amor no entiende de lindes. No son una ni dos las personas que me escriben diciéndome: “Parece Laura en uno de vuestros viajes”. Sonrío, sí que lo parece, sí. El pelo sobre los hombros, la infusión todavía en la tetera, la naturaleza, la calma. Lleva toda su vida persiguiendo ser libre, creo que lo es, nunca he conocido a nadie tan aferrado a un anhelo como ella. Admiro su coherencia, yo soy más volátil, me dejo arrastrar (¿puedo hacer otra cosa?) por el río de las cosas que creo serán. Laura acepta el cambio, yo lo enfrento, sé que tengo las de perder. ¿Puedo hacer otra cosa?
Me asustan los cambios que vienen, no sé qué hacer con este desasosiego, hablo con Eva Serrano mientras camino por la estación, ya en casa. Me pide permiso para usar un texto de mi primer libro, lo editó ella: “Recuerda que uno se define por lo que hace, pero también por lo que siente: no tengas miedo”. Pienso en las conexiones, en la presencia del miedo en mi vida, me escribe entonces una lectora, me regala un texto de su terapeuta, se llama Zaím.
“El lugar que ocupa el miedo no puede ocuparlo el amor. Y viceversa, donde está el amor no puede estar el miedo. Pero en el sentido más estricto y literal. Quiero decir, que una persona puede sentir amor y miedo a la vez, incluso proyectados hacia el mismo objeto, pero siempre en cantidades inversamente proporcionales. Puedes sentir amor hacia un bosque y puedes sentir que ese mismo bosque te inspira temor. Pero, cuanto más temor te inspire, menos amor sentirás hacia el. Y, cuanto más amor sientas hacia él, menos temor provocará en ti. Y no importa cuál sea el objeto. Da igual si hablamos de un bosque, de una persona o de una idea. Son como el agua y el aceite. Pueden estar ambas en el mismo recipiente. Pero, cuanto más aceite haya, menos agua podrá haber. Y, cuanta más agua, menos aceite”.
Para vaciar el aceite no hay que tratar de sacarlo, porque acabarás con las manos pringadas de lo que pretendes eliminar. La única forma es llenar el vaso con más agua. Más y más agua. No pelear, no resistirte, no enfrentar eso que te obsesiona. Cuanto más amor, menos miedo. Sencillamente llenar el recipiente con agua clara, hasta que rebose, por eso el corazón alumbra el camino.
Con este texto se despiden las cartas íntimas hasta la vuelta de las fiestas. Seguiré mandando las Claves cada domingo y contestando vuestras preguntas en el Consultorio. Espero de corazón que seáis felices estos días, en calma, sin prisa. Recordad: hay que verter agua para sacar el aceite, es la única manera.
Buenas Jesús, ¡enhorabuena! tienes la precisión de un cirujano y la delicadeza de un pintor en tus textos - reflexiones:
"Para vaciar el aceite no hay que tratar de sacarlo, porque acabarás con las manos pringadas de lo que pretendes eliminar. La única forma es llenar el vaso con más agua. Más y más agua. No pelear, no resistirte, no enfrentar eso que te obsesiona. Cuanto más amor, menos miedo. Sencillamente llenar el recipiente con agua clara, hasta que rebose, por eso el corazón alumbra el camino."
Es sencillamente genial, cualquier cosa en la vida que queramos cambiar o eliminar se tiene que hacer así, sumando - añadiendo lo positivo en lugar de sumando lo negativo. Me encanta, creo que no hay mejor metáfora. Gracias 😊
"Más y más agua. No pelear, no resistirte, no enfrentar eso que te obsesiona. Cuanto más amor, menos miedo. Sencillamente llenar el recipiente con agua clara, hasta que rebose, por eso el corazón alumbra el camino".
Buenísimo esto, eh ❤️