Lo mejor del Consultorio sin miedo #4
Especial fin de año con las mejores preguntas y respuestas de los últimos meses. Mambo y hedonismo.
Llego fundido a este final de temporada pero quién no. Lo primero es lo primero: daros las gracias (las veces que hagan falta) por la bonita acogida de “Vivir sin miedo”, todo lo hacéis fácil. Lo segundo, hacer balance de este experimento editorial que se ha colado en estas Claves: el Consultorio sin miedo. No lo tenía yo claro del todo al comienzo del año pero tras muchas horas, inversión y titubeos, ya no tengo dudas: es una forma guay de conectar. Como un mensaje en el móvil: “Oye, Terrés, ayúdame con esto”. En el fondo es la idea. Ayudarnos.
Vale ya de hostias. Vamos con lo que habéis preguntando (y yo respondido) a lo largo de estos meses. Tela, que ya son 530 preguntas y respuestas. Ya lo sabéis: tan solo para esta pequeña comunidad de gente sensible. Lumbre, emoción y entrañas.
¿Loungewear para estar en casa guapo y sexy? Guapo y sexy no sé, pero cómodo un rato con los básicos de Uniqlo. Algodón o felpa. Easy. Roma en invierno. ¿Tips para palpar la verdadera vida de la ciudad? ZIA, Retrobottega o Rocco en el barrio de Monti, “cool spot”. Hoteles en Highlands para un otoño maravilloso 🍂. Buah, Highlands en otoño: el paraíso. Galletas de mantequilla, sopas calientes, tweeds y tartanes. The Claymore Guest House, Copper Dog o Knockendarroch. Nueva amiga, con aficiones en común pero carácter problemático… ¿qué hacer? ¿Tras quedar con ella se te queda mal cuerpo? Si la respuesta es sí, yo creo que para qué. Hay que rodearse de gente luminosa, que la vida es muy corta.
Estoy en un Club de lectura y el próximo mes toca Asia. ¿Recomendaciones de libros? Nagori (“la huella de las olas”) de Ryoko Sekiguchi es muy guay. Un fin de semana en Milán, en octubre, para celebrar el cumple de mi pareja. ¿Qué me recomiendas? Trippa, Latteria di San Marco y la coctelería 1930. Cinco meses vendiéndome humo, ahora estoy rota de dolor y decepción. Contacto cero, terapia, tiempo. ¿Otro tip? Como en la carta del otro día, creo que “sabes todo lo que tienes que saber”. Quizá una cosa más: compasión. Contigo misma. La culpa no es tuya. Era ÉL. Pidió más compromiso. De repente todo son excusas y WhatsApp sin contestar... muero de pena. Entonces no era él. Pero es imposible que lo veas ahora. Putada.
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